#225 La Matanza de los Cananeos Revisitada
June 27, 2012Estimado Dr. Craig,
Usted se está conociendo mayormente como “el apologista que defiende el genocidio y el infanticidio del Antiguo Testamento”, debido a su Pregunta y Respuesta a la cuestión de los cananeos.
Muchas personas parecen reaccionar de una forma emocional sin involucrarse con el detalle de sus argumentos y sin proporcionar sus propios fundamentos morales sobre los cuales pueden estar indignados.
Sin embargo, recientemente he estado escuchando que los relatos del Antiguo Testamento (AT) de estas matanzas utilizaron un lenguaje exagerado. Eso se mencionó en una conferencia de apologética que recientemente asistí y escuché que también eso se encuentra en el nuevo libro de Paul Copan (sin embargo, todavía no he podido leerlo).
En específico, se dice que el lenguaje acerca de “asesinar a todas las mujeres y niños” típica y culturalmente era “excesivo” y que no es necesario interpretar el texto para que diga que todos fueron realmente asesinados.
Sin embargo, usted defiende un relato más literal de que Dios no ordenó la muerte de mujeres y de niños.
¿Cómo se asegura usted de que no está equivocado? O para decirlo de otra manera, ¿no es esto una oportunidad para evitar tener la responsabilidad de defender la idea de que Dios haya ordenado el asesinato masivo de mujeres y niños?
Es un tema delicado y cargado de emotividad, pero me encantaría saber lo que usted piensa en particular sobre esos relatos del “lenguaje exagerado.”
Otra vez, muchas gracias.
Peter
United Kingdom
Respuesta de Dr. Craig
R
Peter, también he visto esos tipos de respuestas y las encuentro decepcionantes, ya que no lidian intelectualmente con las preguntas difíciles que se plantean en esas historias. Los arranques emocionales remplazan la discusión racional, los que nos dejan sin un entendimiento más profundo de los temas del que ya teníamos antes de comenzar.
Encuentro que es irónico que los ateos con frecuencia tengan que expresar dicha indignación a los mandatos de Dios, ya que en el naturalismo no hay base para pensar que los valores y deberes morales objetivos existen y por lo tanto, no hay base para considerar la matanza de los cananeos como algo malo. Como bien ha dicho Doug Wilson sobre la matanza de los cananeos desde un punto de vista naturalista, “Al universo no le importa.” De manera que como máximo, el no teísta puede estar alegando que los teístas bíblicos tienen un tipo de inconsistencia en afirmar a la misma vez la bondad de Dios y la historicidad de la conquista de Canaán. Es un problema interno para los teístas bíblicos, el cual no es base para una indignación moral de parte del no teísta. Si existe una inconsistencia de nuestra parte, entonces tendríamos que abandonar la historicidad de los relatos y tomarlos como legendas o malas interpretaciones hechas por Israel de lo que era la voluntad de Dios. La existencia de Dios y la solidez del argumento moral a favor de Su existencia ni siquiera entran al escenario.
El tema del mandato de Dios de destruir a los cananeos fue el tema de un intercambio muy interesante en la conferencia de la Sociedad Filosófica Evangélica el pasado noviembre en la Convención de Society of Biblical Literature Convention (la Sociedad de Literatura Bíblica) que se realizó en Atlanta. Matt Flannagan defendió la visión propuesta por Paul Copan en su libro “Is God a Moral Monster?” (¿Es Dios un Monstruo Moral?). Él dijo que dichos mandatos representan una hipérbole típica de los relatos militares de conquistas del Antiguo Cercano Oriente. Obviamente, si Paul tiene razón en esto, entonces todo el problema desaparece. Sin embargo, esa respuesta no me parece que le hace justicia al texto bíblico, el cual parece decir que si los soldados de Israel encontrasen a mujeres y a niños cananeos, deberían matarles (la reprensión de Samuel a Saúl que se encuentra en I Samuel 15.10-16).
Richard Hess, el erudito del Antiguo Testamento, tomó una posición diferente en su artículo: él interpreta los mandatos de una manera literal, pero cree que ninguna mujer y ningún niño fue realmente asesinado. Todas las batallas se llevaron a cabo con puestos y soldados militares, donde no iban a haber niños ni mujeres. De hecho es una característica sorprendente del cual no hay ningún registro de que hubiera mujeres y niños que fueron realmente asesinados por alguien. Aún, si Hess tiene razón, la pregunta ética permanece de cómo Dios pudo haber ordenado dicha cosa aun si el mandato realmente no fue ejecutado. Es irrelevante a la pregunta ética el hecho de si alguien realmente fue asesinado, como lo ilustra el relato de Abraham e Isaac.
Por lo tanto aún si Copan tiene razón, estoy dispuesto a sufrir las consecuencias y abordar la pregunta más difícil de cómo un Dios todo-bondadoso y todo-amoroso puede emitir esos horrendos mandatos. Mi argumento en la Pregunta de la Semana # 16 es que Dios tiene el derecho moral para emitir esos mandatos y que Él no perjudica a nadie al hacer eso. Quiero desafiar a las personas que menosprecian mi respuesta a que expliquen a quien Dios perjudicó y por qué debemos pensar de esa manera. Como expliqué, irónicamente los soldados mismos presentan el candidato más plausible. Sin embargo, creo que se pueden proporcionar algunas razones moralmente suficientes para darles una tarea tan espantosa.
No obstante, hay un aspecto importante de mi respuesta que yo cambiaría. Como resultado de una lectura cuidadosa del texto bíblico, he llegado a apreciar que el mandato de Dios a Israel no fue principalmente a exterminar los cananeos sino a “expulsarles de la tierra.” Esa era un territorio que era (y todavía es) de suprema importancia en las mentes de los pobladores del antiguo Cercano Oriente. Los reinos tribales cananeos que ocupaban la tierra iban a ser destruidos como estados-nación y no como individuos. El juicio de Dios sobre esos grupos tribales, que se habían convertido tan increíblemente depravados para ese tiempo, era que ellos iban a ser despojados de su tierra. Canaán iba a ser dado a Israel, a quien Dios había sacado de Egipto. Si las tribus cananeas, al ver los ejércitos de Israel, hubieran simplemente decidido escapar, ninguna persona hubiese sido asesinada. No había ningún mandato de perseguir y cazar a los pobladores cananeos.
Por lo tanto, está completamente erróneo de caracterizar el mandato de Dios como una orden al genocidio. Al contrario, sobre todo éste era un mandato a expulsar las tribus de la tierra y a ocuparla. Sólo las personas que se quedaran atrás tenían que ser completamente exterminadas. No debería haber muerto ningún civil. Eso le da sentido al por qué no hay ningún registro de la matanza de mujeres y niños, como la que yo me había lúcidamente imaginado. Esas escenas pudieron nunca haber sucedido, ya que fueron los soldados que se quedaron atrás para pelear. Es también por eso que había muchas personas cananeas alrededor de los israelitas después de la conquista de la tierra, como el registro bíblico lo atestigua.
Nadie tenía que morir en toda esa situación. Por supuesto, ese hecho no afecta la pregunta moral en cuanto al mandato que Dios dio, como se explica arriba. Pero yo permanezco firme en mi respuesta anterior de cómo Dios pudo haber ordenado la matanza de cualquier cananeo que intentara quedarse atrás en la tierra.
- William Lane Craig